El Museo del Batik de Wuxi, China
En Wuxi, ciudad del este de China, se encuentra un museo en el que se exhiben gran cantidad de piezas de batik. El Museo del Batik de Wuxi, uno de los primeros museos privados de China, fue fundado en el 2004 por Lu Ruixing, un coleccionista folclórico que invirtió en él más de medio millón de yuanes. En el museo se exhiben más de mil piezas de diferentes estilos, épocas y etnias. Pero dejemos que sea el propio Lu Ruixing quien nos lo presente:
"En este museo se muestra el origen, el desarrollo y el estado actual de las tecnologías utilizadas en el estampado de dibujos azules. Entre las piezas mostradas hay una tela tejida a mano que guardó una anciana de unos 90 años, pañuelos, embalajes así como prendas de vestir coleccionadas por ancianos de la zona de Wuxi. También hay telares, hiladoras, lanzaderas y otros utensilios empleados en la fabricación de productos textiles."
En cuanto a la razón que le llevó a fundar este museo, Lu Ruixing nos dijo:
"Uno de los objetivos de Wuxi es crear una ciudad con un buen ambiente cultural. En este sentido, la recuperación de la cultura popular desempeña un importante papel. Fundé este museo para aportar algo a la sociedad como ciudadano común y corriente."
La creación de este museo es sobre todo el resultado de la pasión de Lu Ruixing por este tipo de telas típicamente chinas. En la década de 1970, Lu Ruixing, apodado "el ratón de las telas", trabajaba en la Fábrica de Vestidos de Seda de Wuxi, lo que le dio la oportunidad de conocer muy de cerca esta materia textil. En aquella época conoció a alguien que, como el propio Lu Ruixing nos confiesa, ejerció una profunda influencia en él:
"En 1974 conocí a Sun Yinsong, una persona que influyó mucho en mí. Él era diseñador de la Fábrica de Sedas Teñidas y Estampadas de Wuxi. A pesar de la diferencia de edad, nos hicimos muy amigos. Sun Yinsong me mostró un álbum de pinturas de piezas de batik. Su belleza y primitivismo me impresionaron. Al ver mi emoción, Sun Yinsong decidió regalarme el álbum."
Desde entonces, Lu Ruixing se ha dedicado a investigar esta artesanía popular. Él mismo nos explica lo que le empujó a coleccionar este tipo de telas:
"En 1985 una anciana japonesa abrió en Shanghai una sala de exposiciones dedicada al batik, la primera de su tipo existente en China. La tecnología del batik forma parte de una artesanía china tradicional. Por eso me sorprendió que la primera sala de exposiciones dedicada a estas telas la hubiera establecido una señora japonesa de más de 70 años. Además, me preguntaba por qué los chinos no hacíamos nada por conservar esta parte de nuestra cultura. Esta situación me afectó bastante."
Desde entonces, Lu Ruixing empezó a coleccionar piezas de batik. Según su mujer, la pasión de Lu Ruixing por esta artesanía es tal que cuando oye o ve algo interesante al respecto, se pasa horas charlando, haciendo consultas y tomando notas. Una vez se gastó los 3000 yuanes que llevaba encima en la compra de una tela antigua.
"Todo mi dinero se ha ido en comprar telas finas y coleccionarlas para poder abrir el museo."
En el Museo del Batik de Wuxi se exhiben más de 3000 piezas pertenecientes a un periodo que va desde hace cien años hasta la actualidad. Entre estas piezas destaca una funda de cobertor de principios de la República de China, adornada con llamativos dibujos de semillas de loto, brotes de bambú, castañas de agua, granadas y melocotones, motivos vegetales que simbolizan la prosperidad de la familia:
"La funda está adornada con numerosas plantas acuáticas muy comunes en Wuxi, ciudad situada al sur del río Yangtsé, lo que le confiere un carácter marcadamente local. Son motivos que rara vez aparecen en las telas elaboradas en las provincias de Shandong y Hunan."
Aparte de telas, en el museo de Lu Ruixing también se exponen documentos. Una visitante llamada Jiangqi nos comentó lo siguiente:
"El desarrollo social y la mecanización han ido arrinconando la finas telas hechas a mano. Al ver estas piezas, nos sentimos orgullosos de la sabiduría y la habilidad de nuestros antepasados."
Aunque el museo de Lu Ruixing abrió sus puertas hace solo medio año, ha atraído a numerosos visitantes chinos, así como a especialistas en artesanía que vienen aquí desde EE.UU., Japón, Australia, Gran Bretaña, Alemania y Corea del Sur para aprender e intercambiar opiniones.
Carol Santland, doctora de la Universidad de California, EE.UU., ha visitado el museo tres veces, ha incorporado los documentos sobre este museo en su curso y ha recomendado a sus alumnos de maestría que lo visiten:
"Me alegro mucho de poder ver algo que no existe en los EE.UU. y que no sabía ni que existiera fuera de mi país."
La entrada al museo de Lu Ruixing es gratuita. Su mayor deseo, avivado por el convencimiento de que esta artesanía nacional pertenece a todo el mundo, es conservar esta parte de la cultura popular china para las próximas generaciones