Venado Tuerto, Santa Fe, Argentina
El nombre de Venado Tuerto guarda una leyenda muy afectiva para los pobladores de la ciudad y muy interesante para el visitante. Se trata de una leyenda de contenido folclórico y no exenta de cierta ternura y que fue tomada por parte de historiadores y cronistas. Dice lo siguiente:
«Por los parajes del Hinojo solía pastar un venadito al que le faltaba un ojo perdido en un ataque sufrido ante los indígenas. Desde entonces, cada vez que se aparecía en el fortín, era aviso seguro de la proximidad del malón, hecho que permitía a los soldados refugiarse y defenderse del ataque. En épocas de sequía, conducía a las tropas por buenos pastos y aguas lo que le valió el reconocimiento de aquellos hombres.»
Se cuenta que en tiempos de los pueblos originarios y de malones, este venadito se refugiaba en el fortín cuando se acercaba el peligro alertando a los pobladores que también podían resguardarse con tiempo. Pero durante una cacería mataron al venado y en recompensa bautizaron la laguna de ese lugar como Venado Tuerto.
Por la década de 1880, el fundador de la ciudad Eduardo Casey en un paseo por sus tierras se encontró con dicha laguna, allí fue donde le narraron esta historia y decidió bautizar un pueblo con ese nombre.
La compra de los terrenos en donde se fundó el pueblo fue la operación inmobiliaria de tierras más cara de la historia del país hasta ese momento.