Cada vez que he visitado la Catedral de Santiago, mi debilidad ha sido, realizar dos de los muchos ritos: el abrazo tradicional con petición incluida al busto de Santiago y los tres coscorrones de rigor sobre la cabeza del “santo dos croques”. Este último, al poner tu cabeza sobre esa figura del parteluz, a espaldas del Pórtico de la Gloria (que tradicionalmente se identifica con el Maestro Mateo, constructor del conjunto arquitectónico), te infunde inteligencia y sabiduría.
Tengo entendido que esta figura del “santo dos croques” está en reparación por lo que lamentaría mucho que el compañero Guadiato, a su llegada al fin del camino, no pudiera cargar las pilas coscorroneando y transmitirnos después sabiduría al foro, pues nunca viene mal. Para el próximo Año Santo que creo será el 2010, seguro que ya está reparada.