Irun, fiestas de San Marcial
Llegan las fiestas, el desmadre, la diversión y por supuesto, la tradición porque todas estas palabras representan a las fiestas de Irún cuyo punto álgido es el Alarde de San Marcial.
El día 30 toda una ciudad recorrerá su pasado. Cumplirá la promesa hecha por sus antepasados hace más de cuatro siglos y medio. En 1522 tropas francesas y alemanas cruzaron el Bidasoa con un nuevo intento conquistador. Sin embargo, toparon con la valentía y el ingenio de los irundarras que aprovechando la noche y la sorpresa lograron una importante victoria el 30 de Junio.
Este afortunado éxito condujo al pueblo de Irún a decidir levantar una ermita en lo alto del monte Aldabe donde se libró la batalla, y consagrarla al santo de ese día; San Marcial.
Este agradecimiento se repetiría año tras año subiendo a la ermita en procesión para renovar la promesa. Hoy en día el voto se mezcla con la fiesta y aunque a veces es difícil distinguir los límites, en el corazón de este pueblo tiene que seguir estando presente una tradición inmemorial.
Cuando el día 30 de este junio a las 8'25 de la mañana suene la Arrancada, la escuadra de Hatxeros comenzará a subir la cuesta de San Marcial. Tras ellos irán las escolta de Caballería, la Banda de Música, la Tamborrada, las 15 Compañías de Infantería y la batería de Artillería, cada una de las unidades con su cantinera. Al frente de todos ellos, el General, quien empuñará la vara de mando para dirigir una tropa de casi 8.000 hombres.
La música invadirá nuestras sensaciones, los colores, blanco, rojo y negro se adueñarán de nuestra mirada...
Al caer la tarde las alpargatas ya no lucirán tan blancas como en la Diana. Cuerpo y piernas sentirán el fragor de la batalla festiva. La hoguera de San Juan la tenemos prendida en nuestros ojos. Aún hay tiempo para soñar con el Alarde de San Marcial.