Los galachos del Ebro son meandros abandonados tras un cambio de cauce o una crecida. Presentan aguas claras y una interesante fauna y flora acuática y bosques de ribera. La primitiva fisonomÃa del tramo medio del Valle del Ebro estaba formada por un extenso bosque de ribera con numerosos enclaves inundados casi permanentemente. Son ejemplos tÃpicos de la dinámica fluvial de un rÃo, que discurre pausado y forma meandros que con el tiempo se estiran y acaban por estrecharse y convertirse en brazos de rÃo abandonados y olvidados por el cauce principal.
Testigos de este paisaje, hoy todavÃa perviven algunos antiguos meandros abandonados por el rÃo tras fuertes crecidas y que en Aragón se conocen con el nombre de galachos. En la actualidad, se encuentran protegidos los de LA ALFRANCA DE PASTRIZ, LA CARTUJA y EL BURGO DE EBRO. Y dignos de visita los de JUSLIBOL y sus lagos.
Ecosistemas de ribera donde destacan los sotos y zonas húmedas que albergan una importante colonia de garzas y concentraciones invernales de anátidas y paseriformes. Declarado Reserva Natural en 1991, su interés para la conservación de aves (especialmente de martinete) llevó a su proposición y declaración como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves).
Sin embargo, su ubicación en las cercanÃas de un área fuertemente industrializada y a escasos kilómetros de la ciudad de Zaragoza la hace susceptible de sufrir afecciones que pueden alterar sus frágiles ecosistemas.