Cabo Polonio, es un paraíso por la tranquilidad de sus playas y la sutileza de sus construcciones. Es una punta rocosa que se erige a 15 metros del nivel del océano, con las islas enfrente -Isla de Torres- donde habita
una de las reservas de lobos marinos más importantes del mundo. Está separado de la franja costera por unas dunas de arena móviles declaradas monumento natural.
Una de sus particulares características es que la mayoría de sus viviendas
no tiene energía eléctrica ni agua corriente, por lo que los ritmos y tareas de sus habitantes son marcados por la luz solar
Para llegar hasta el Cabo, tres son las opciones para arribar a sus playas: caminar sobre la arena los casi 6 kilómetros que la separan de la ruta, realizar el recorrido en jeeps o camiones que realizan la travesía, o llegar a caballo, los cuales se alquilan en los alrededores.
Sus hermosas, anchas y cálidas playas durante el día y la presencia del faro, junto a los puestos de artesanías locales, hacen del lugar un sitio perfecto para pasar el día. Por la noche, el pequeño pueblo se viste de velas y faroles, que muestran su luz hasta el comienzo de la madrugada.
El Gobierno uruguayo ha ampliado la protección ambiental de la reserva de Cabo Polonio, al admitirla como Parque Nacional dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, SNAP.