LA RUTA DE LOS HUESOS O AUTOPISTA KOLYMA
La población (no asentamiento temporal) más frÃa del planeta está en Yakutia, al nordeste de Siberia, cercana ya al CÃrculo Polar Artico. Su fundación data de 1638 y se llama Verkhoyansk; junto al rÃo Yana. La temperatura más baja registrada es de -71°C (71 grados bajo cero), pero no es la habitual. Cuando en invierno en Verkhoyansk la temperatura baja de -60ºC (sesenta grados bajo cero) se suspenden las clases y los niños no van al colegio. Verkhoyansk fue un lugar de exilio polÃtico hasta 1917 y hoy sus ciudadanos se emplean en el pastoreo de rebaños de renos, de los que extraen casi todo lo que precisan para vivir a diario.
A Verkhoyansk puede llegar el tráfico rodado gracias a una carretera transiberiana que ordenó construir Stalin en tiempos de la extinta Unión Soviética: la carretera de los huesos, monumento comunista levantado a la locura y el genocidio humano en que acabaron los totalitarismos del siglo XX.
La región es tan frÃa que las capas someras de la tierra están congeladas, de manera que se hace muy complicado enterrar a los seres fallecidos, porque la tierra tiende a expulsarles a la superficie al poco tiempo, por lo que hay que sufrir la penosa labor de enterrar de nuevo al cadáver. Claro, eso ocurre únicamente si son parientes y vecinos del pueblo. Para las centenas de miles de disidentes polÃticos que construyeron la carretera transiberiana la suerte fue bien distinta.
Es tal el frÃo que, cualquiera que se pierda en la región, si no es encontrado antes de ocho horas es seguro que morirá por congelación. ImagÃnense cuánto duraba trabajando a la intemperie cualquier disidente forzado a construir la carretera. El problema de fondo de los comunistas fue muy similar al de sus hermanos mellizos, los nazis ¿qué hacer con los restos de los miles de asesinados en los hornos de gas o en la carretera? Las soluciones de los nazis las hemos conocido bien porque se nos ha explicado muchas veces y en profundidad, la de los comunistas, nunca.
El caso es que, si enterrando los cuerpos estos volverÃan a salir a la superficie al cabo del tiempo, los comunistas tuvieron que hallar un sistema que lo evitara, la fórmula es terrorÃfica pero real: toda carretera se asienta sobre una capa que los ingenieros llaman zahorra. Esta capa entre el asfalto (o el hormigón) y el terreno se fabrica con piedra gruesa bien compactada y evita el contacto directo de carretera y terreno, para que éste, con sus movimientos naturales, no la agrieten y, con el tiempo, la destruyan.
Las autoridades comunistas sustituyeron la piedra natural por los huesos de los disidentes asesinados cuyo rastro desaparecÃa bajo la carretera, ahorrándose asà el costo de fabricar y transportar hasta la zona la piedra necesaria para asentar la vÃa rodada. Asà que cuando uno se desplaza hacia Siberia por la carretera de los huesos vive la experiencia única en el Mundo de rodar a lomos de los esqueletos de quienes se opusieron, de una manera u otra, a Stalin, que siguen cargando en muerte lo que les costó la vida construir a su pesar.
Para los inconformistas:
matiascallone.blogspot.com/ ...en_18.html
en.wikipedia.org/wiki/Kolyma
en.wikipedia.org/ ...8Russia%29
www.youtube.com/watch?v=SAsnIB018WI
Nota: sueño con hacerla...
...pero desde Moscú