EL DESASTRE DE ANNUAL-IX
MONTE ARRUIT
A continuación de Annual toda la línea española iría cayendo por efecto dominó, dado el espíritu del rifeño, de todos los pueblos, aldeas y aduares por los que pasaban los españoles salían rifeños armados dispuestos a matar y a robar el botín. No hacían prisioneros (salvo si eran oficiales para pedir rescate).
El general Navarro intentó reorganizar a los supervivientes en Dar Drius (existía un acuartelamiento con agua dentro del perímetro) pero lamentablemente decidió a última hora retirarse hasta Monte Arruit por la cercanía con la costa por si llegaban refuerzos.
El día 28 de julio de 1921, el general Navarro recibe por heliógrafo la orden del alto Comisario general Berenguer para que se retire con los restos de su columna hacia el enclave de Monte Arruit (posteriormente Berenguer negará haber dado esa orden). El viaje es complicado ya que las tropas hispanas son continuamente atacadas, en especial su retaguardia, por los rifeños (se calcula que las bajas fueron de 1/3 parte de los efectivos que componían la columna). Las tropas de la Policía Indígena, que hasta ese momento se había mantenido fieles, se pasan al enemigo y atacan a los españoles. Muchos oficiales se quitan sus uniformes para hacerse pasar por simples soldados por el miedo a ser apresados y posteriormente torturados por los moros, otros que conservan todavía sus monturas abandonan a los soldados a su suerte y escapan hacia Melilla. La marcha hacia Monte Arruit se convierte en una auténtica desbandada.
Tras seis días de agotadora marcha, los restos de la columna del general Navarro alcanzaron las murallas de Monte Arruit, donde se refugiaron y prepararon la defensa ante un inminente asalto del ejército rifeño. A pesar de estar a tan sólo 30 Km. de distancia del fuerte de Melilla, el Monte Arruit estaba totalmente aislado de ayuda española, enteramente abandonado a su suerte.
En Monte Arruit consiguió reunir a unos 3.000 supervivientes pero, al igual que en la mayoría de los puestos, no tenía pozo dentro del perímetro.
Con la moral por los suelos, atendiendo a centenares de heridos y sin agua ni víveres, los defensores de Monte Arruit dependían enteramente de los suministros que pudieran lanzarles desde aviones provenientes de Melilla, pero los envíos casi siempre caían fuera del alcance de los españoles.
Monte Arruit fue sitiado por los rifeños, y Navarro tuvo constancia de que ningún ejército iría a socorrerles. El nueve de Agosto la situación era tan insostenible que Navarro pactó la capitulación del fuerte: los españoles entregarían su armamento y a cambio se les permitiría retirarse a Melilla. Así se hizo, los soldados se deshicieron de todas sus armas y se alinearon en la puerta del fuerte junto con heridos y demás habitantes de Monte Arruit, preparados para la penosa marcha hacia Melilla.
Sin embargo, los rifeños no respectaron el pacto y se lanzaron furiosamente contra sus enemigos desarmados; apenas hicieron prisioneros, y sobre los restos del campamento quedaron más de 3.000 cadáveres, pudriéndose al sol. Allí permanecerían durante meses, hasta que la zona fue de nuevo recuperada por el ejército español.
Cuando Monte Arruit sea reconquistado por las tropas hispanas, el macabro espectáculo que ofrecían los cuerpos de los prisioneros españoles torturados hasta la muerte era tan brutal que un oficial y un sargento que participaron en la reconquista se volvieron locos. Francisco Franco comandando el tercio fue uno de los que participó en la reconquista de Monte Arruit, en su libro "Diario de una Bandera" el futuro dictador lo relata de esta forma: "Rebasado Monte Arruit detenemos nuestra marcha y concentrada la columna nos dirigimos al poblado. Renuncio a describir el horrendo cuadro que se presenta a nuestra vista. La mayoría de los cadáveres han sido profanados o bárbaramente mutilados. Algunos cadáveres parecen ser identificados, pero solo el deseo de los deudos acepta muchas veces el piadoso engaño, ¡es tan difícil identificar estos cuerpos desnudos, con las cabezas machacadas!"
Parece ser que dentro del pacto de rendición al que llegaron, apartaron a los oficiales (por los oficiales pagaban rescate) y se los llevaron a caballo, a continuación atacaron a los soldados indefensos. Los historiadores españoles no ponen en duda el desconocimiento que tenían los oficiales de lo que iba a ocurrir...
...yo, sinceramente, no me imagino al comandante Benítez montándose en un caballo y abandonando a sus soldados desarmados, y a ver que pasa.
Al escuchar las terribles noticias procedentes de Annual y Monte Arruit el mariscal Lyautey, comandante francés y experto en campañas coloniales comentó: "El soldado español, que es tan valiente como sufrido, podrá conocer mejores épocas bajo otros mandos".
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