Encontré la historia de ese barco. es El Betula y llegó allí de la forma más extraña. Lo sacaron del puerto por riesgo de explosión y se les soltó!!!
El Betula fué un buque tanque noruego que naufragó en las costas del Oceano Pacífico Mexicano el 29 de junio de 1993 después de descubrir una fuga de ácido sulfúrico en él, y haber sido sorprendido por una tormenta tropical.
Se encuentra embarrancado hacia su costado a escasos 4 kilómetros de la población de Las Calabazas, en el estado mexicano de Michoacán.
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El Betula, buque noruego con más de 20 años navegando, incursionó en el proceloso océano de las noticias por su incidente interno, en donde el combustible del navío se fusionó con la descarga de ácido sulfúrico generando un licuado de humos, inquietando al más distraído de los empleados del puerto, quienes sacaron a la embarcación de sus instalaciones a media noche, y en medio de un temporal y con un remolcador sustituto.
El 29 de junio de 1993 apareció entre Las Calabazas y Playa Azul en la Costa michoacana, tras su extravío por más de 24 horas, cuando los 220 metros de barco se desprendieron del remolcador. Las autoridades marinas no sabían qué hacer con aquella “papa caliente” en que se transformó el barco.
Desde la playa, el Betula se antoja un descuidado escenario de teatro, una mera escenografía a punto de derrumbarse, pero desde el aíre el naufragio de 210 metros de eslora, se percibe en toda su solidez, su ámbito de acero ha resistido a más de 5 mil días de olas y sol, pero las incesantes mordidas del mar ya han dejado huella, el buque es una oquedad en donde el mar muge victorioso y los pargos y guachinangos pasean seguros ante la ausencia de anzuelos y chinchorros.
En los días aciagos del Betula la revolución la generaron todos, atrajo periodistas de todo el mundo, los pescadores quemaron con ácido de batería algunos pescados para mostrarlos al mundo como víctimas del Betula; los enramaderos de Playa Azul anunciaban desgracias que alejarían el turismo y hasta los dueños de las huertas frente al lugar en donde se posó el barco exigían indemnizaciones; de hecho, el barco ya para chatarra, nunca fue retirado del lugar porque los “afectados” no lo permitieron hasta que no se pagaran indemnizaciones.
Para el capitán Ramón Mendoza, que participó en las maniobras de retiro del navío del puerto, y lo mantuvo por más de 30 horas en altamar, hasta que se reventó la cuerda que lo ataba del remolcador, el que haya terminado entre Playa Azul y Las Calabazas fue la situación más afortunada, ante los temores de autoridades de que el barco quedara a la deriva, con riesgo de impactarse con otro navío o que encallara en algún punto cercano al puerto que pudiera interrumpir el movimiento portuario.
Paradójicamente el Betula fue considerado un símbolo de desastres y muerte, significó un riesgo de explosión o al menos esa fue la teoría de las autoridades portuarias para determinar sacar el barco del puerto, con el proyecto de que se hundiera, pero nada pasó, salvo la tormenta de noticias con los peores pronósticos para flora y fauna marina supuestamente afectados por la descarga de 5 mil toneladas de ácido sulfúrico, y el inmediato reclamo de pescadores, enramaderos y propietarios de huertas frente al lugar donde acabó el barco.
Toda aquella algazara poco a poco se disipó; sin embargo, el Betula ha provocado por lo menos cinco muertes, todos casos de curiosos que intentan llegar al barco.
La experiencia del Betula nos dejó la lección de estar siempre preparados y, sobre todo, en la terminal michoacana en donde se mueve carga de riesgo, señala el capitán Francisco Alba Rosas, piloto de puerto retirado, tras rememorar aquellos momentos que califica como una experiencia rara en su vida de marino; él fue quien sacó el barco en medio de una nube de humos por la fusión del ácido sulfúrico con agua de mar y combustibles, la intención era llevar el buque a la Fosa de Petacalco para hundirlo, pero el mal tiempo hacía difícil controlar el barco y acabaron rompiéndose las amarras que lo sujetaban del remolcador.
Era un barco viejo, comenta el capitán, llegó al puerto con 10 mil toneladas de ácido sulfúrico para Fertimex, era el segundo viaje que hacía de China con este producto; a las 15 horas había preguntado cuánto faltaba por descargar, para preparar su salida. Le comentaron que había algunos problemas a bordo con una manguera rota, a las 8 de la noche hubo una reunión de emergencia en el puerto, el sulfúrico se mezcló con agua generando una reacción que dañó tuberías de combustible provocando una intensa humareda, y la tripulación abandonó la nave. Pasadas las 12 de la noche el barco sin gente, con dos remolcadores y en medio de una tempestad, sacaron el barco, tras asumir que los gases generados pudieran provocar daños a las instalaciones portuarias. Un buque de la Armada de México acompañó al Betula y los dos remolcadores, en uno de ellos fue necesario cortar los cabos que le unían al barco cisterna, ante la embestida de las olas, el buque de guerra también se retiró por la situación climatológica.
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saludos!!!
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