Para terminar con la exposición del tema, quiero resaltar la peculiariedad de las embarcaciones de la Albufera.
De la tÃpica barca de la Albufera existen distintas modalidades, según la utilidad a la que es destinada y reciben nombres tan variados como “albuferenc†o albuferenca, “Barquetâ€, “barquetotâ€, “catarrojinesâ€, “marimatxoâ€, “barquets de cárregaâ€, “barquets granotersâ€, “rabatjolâ€â€¦
Respecto a la fuerza de impulsión de las barcas. La más clásica y muy común en la Albufera es la percha, “escalemâ€, mediante una larga vara de madera que apoyan en el fondo y con la fuerza de los brazos se impulsa la barca. La vela y el motor, y la más curiosa a la que llaman “d´arraparâ€, con las manos se tira de la vegetación, o con una cuerda se arrastra la embarcación desde tierra.
La vela latina: Como medio de impulsión de las barca de la Albufera ha sido el más utilizado después de la percha, empleada por las barcas más grandes. Llevan un único mástil asentado a través de un bao, a modo de banco, situado en el 1/3 delantero de la eslora, con una inclinación proel de unos 18º. Monta una entena para la vela, cuya medida se basa en estos criterios: no sobresalir por la proa más que una medida igual a la manga, mientras que por popa se proyectaba hasta un tercio de la eslora. Durante la faena, pesca, carga y otras, la vela no se arriaba, se escota hacia la entena dejando espacio al barquero para hacer sus labores. El sistema de gobierno hasta la aparición del timón era de espaldilla (remo en popa). Estas barcas habitualmente llevaban dos tripulantes, el patrón se apostaba en popa para gobierno de la embarcación y el tripulante iba a proa controlando la fijación de la entena y la vela.