Los aerogeneradores son siempre elementos muy visibles en el paisaje y se debe minimizar en lo posible el impacto ambiental que puedan suponer para la zona.
El impacto paisajístico, en realidad es algo subjetivo; de todas formas la línea a seguir es colocar los aerogeneradores del parque en formas geométricas simples que llamen la atención lo menos posible y se ajusten a la forma del terreno.
Como ejemplo: el
parque eólico de Kappel (Dinamarca); la distribución de las máquinas eólicas siguiendo la forma de la costa resulta agradable desde el punto de vista estético.