Hoy se cumplen 40 años de la muerte de Georgi Dobrovolskii, Comandante, Vladislav Volkov, Ingeniero de vuelo, y Viktor Patsayev, Investigador. Los tres cosmonautas viajaban a bordo de la Soyuz 11, en la primera misión que iba a vivir en una Estación Espacial, la Salyut-1. Así tras un despegue sin problemas el día 6 de junio de 1971, los tres cosmonautas llegaron a la estación y acoplaron con ella, empezando su estancia. Desde el espacio establecían conexiones televisivas con la tierra y llegaron a ser muy populares entre la ciudadanía soviética, a la cual también informaba Pravda.
Llegados a los 23 días de estancia en el espacio, no sin haber pasado por algún sobresalto, y habiendo superado el anterior record de duración en posesión de Soyuz 9, se prepararon para el regreso a Tierra.
En este punto hay que recordar que los cosmonautas soviéticos de las primeras Soyuz viajaban al espacio sin traje presurizado, con unos simples trajes de algodón y gorro de comunicaciones, ya que confiaban plenamente en los sistemas de su nave.
Una vez realizada la maniobra de retrofrenado, la nave se sumergió en las primeras capas de la atmósfera. A los 723 segundos del frenado los 12 explosivos encargados de la separación de los módulos de descenso y órbital actuaron, pero en lugar de secuencialmente, todos a la vez. Esto hizo que el sello de una válvula de ecualización de presión saltara... pero a 168 kilómetros de altura en lugar de en los últimos metros del descenso para igualar la presión interior de la nave con el exterior. Aunque los cosmonautas notaron la pérdida de presión e incluso oyeron el ruido del aire al escapar, no lograron cerrar la válvula, y a los 935 segundos del frenado, 212 segundos tras el inicio de la separación, la presión de cabina había llegado a cero. Los cosmonautas sufrieron primero perdida de consciencia y luego la muerte.
La nave aterrizó de forma automática a 202 kms. al Este de la ciudad de Dzhezkazgan en Kazakhstan, y las fuerzas de rescate al abrir la escotilla del módulo de descenso hallaron los tres cuerpos sin vida, alguno de ellos fuera de su asiento, señal inequívoca de agitados movimientos para hallar la fuga. Pese a los desesperados intentos de reanimación mediante masaje cardiaco y boca-a-boca que efectuaron los rescatadores, la Unión Soviética había perdido a tres de sus cosmonautas, que fueron honrados con la medalla de Héroe de la Unión Soviética y un entierro en los muros del Kremlin.
Fuente: "The Soyuz 11 disaster" de Sven Grahn