Isla de Sal, Cabo Verde en Google Maps ✈ï¸�

isla de Sal, Cabo Verde

Plana, seca, estéril, marrón - afortunadamente para Sal, la fantástica playa al final de la carretera que va del Aeropuerto a Santa María -dirección Sur- compensa en gran manera la primera impresión que se lleva el visitante nada más llegar al Aeropuerto de Amílcar Cabral.

Como el resto de las islas de Cabo Verde, Sal estaba deshabitada cuando los portugueses la descubrieron en 1460. El único evento de importancia de los siglos posteriores, ha sido cuando las cabras fueron introducidas en la isla durante el Siglo XVI - qué contribución tuvieron al estado estéril actual de Sal es una pregunta que queda en el aire.

La isla era conocida originalmente como Ilha Lhana (isla plana) no obstante ésta se cambió por el nombre actual después de el descubrimiento de los depósitos de sal en Pedro de Lume.

El Boavistano, Manuel Antonio Martins, comenzó a exportar sal de la isla a gran escala (un promedio máximo de 30.000 toneladas por año) a comienzos del Siglo XIX , dando como resultado el desarrollo de la población. Esta industria pasó a través de varios altos y bajos antes de cerrar finalmente a mediados del Siglo XIX. Salinas y maquinaria de transporte oxidada asociadas a esta industria se encuentran todavía en los alrededores de Pedro de Lume y Santa María.

En 1939 los italianos, bajo mando de Mussolini, comenzaron la construcción del Aeropuerto Sal, habiendo comprado los derechos para su construcción a los portugueses. La localización de Sal, hacía ideal una base para repostar combustible a los aviones que cubrían los vuelos entre Europa meridional y América del Sur.
Los Portugueses volvieron a comprar los derechos a los italianos después de la segunda guerra mundial.

Hasta hace poco tiempo, las Líneas Aéreas de �frica del Sur utilizaban el aeropuerto para las escalas y abastecerse de combustible, especialmente durante los años del Apartheid cuando estaba prohibido volar sobre muchos países africanos. Las necesidades de alojamientos de los Tripulantes de vuelo de la compañía SAA también contribuyó en una pequeña parte al desarrollo del turismo en Sal.