Ellos nunca se sintieron satisfechos de sus logros. El Dirigente Kim Jong Il volvió a visitar esa industria en el año 96 de la era Juche, 2007. Elogió la renovación de la fábrica y les recomendó aumentar la producción del terciopelo y los géneros de seda para el fomento de bienestar del pueblo. Para cumplir las tareas trazadas ese día por él, el personal de la empresa se levantó con tesón. Los directivos se pusieron a la cabeza en remozar los edificios productivos a la altura de la época, e impulsaron de modo planificado la labor para aumentar la capacidad de producción al acelerar la modernización de los procesos.
Durante unos meses y con la propia fuerza de la empresa, levantaron el edificio del moderno taller del terciopelo en donde se había situado el viejo e hicieron posible su producción en variedades y con buena calidad según se habían propuesto.
Hwang Kyeng Jin dice:
"Al levantarnos para la materialización del legado del Dirigente Kim Jong Il, cumplimos por cuenta propia las cosas irrealizables por otros y nos convencimos de que al trabajar según las instrucciones de él, no habrá fortaleza inconquistable y vendrá pronto una vida más holgada."
En la actualidad, la Fábrica de Seda de Pakchon presenta una meta más alta. Explota nuevos productos como las telas para la ropa interior, el traje y el uniforme deportivo, para no hablar de las de la ropa nacional preferida por las mujeres. Todo el personal está listo para sostener con acción la noble voluntad patriótica del Dirigente Kim Jong Il que dedicó toda su vida a la obra para el pueblo.
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