La Rábita Califal
Una lápida fundacional data el yacimiento en el año 944 d.C. Su abandono se produjo a mitad del siglo XI.
La Rábita Califal de las Dunas de Guardamar del Segura es el único conjunto monacal islámico del perÃodo Omeya Andalusà (siglo X-XI) conservado casi en su totalidad. Esto fue posible gracias a que tras su abandono a mitad del siglo XI, producto de la guerra civil sucesoria que sufre el Califato, toda la rábita queda enterrada y a salvo de las agresiones.
Se encontró una lápida con inscripciones en árabe que nos viene a decir:
“En el nombre de Alá, el clemente, el misericordioso, no hay Dios sino Alá: Mahoma es el enviado de Alá. Se concluye esta mezquita en el mes de Almoharren el año tres y treinte y trescientos (944 de la era cristiana). Mandó construirla Ahmed, hijo de Bohul, hijo de la hija de Alwatsecbilá, el que busca la recompensa de Alá. Lo hizo con el auxilio (bajo la dirección a costa) de Mohammed, hijo de Abusalema, obra de Aben Borracha el constructor.â€
La Rábita está compuesta por aproximadamente 22 celdas oratorio con su propio mihrab cada una. Estas celdas se organizan en torno a dos calles principales y su tamaño varÃa, asà como su acabado. Destaca del conjunto la mezquita (de menor tamaño al que se construÃan en las ciudades durante el Califato Omeya) situada en la zona central y la hilera de celdas situadas en la zona central norte, entre las que se encuentra la celda de acogida de visitantes donde se conservan multitud de graffitis.
En este monasterio convivirÃan religiosos, fieles realizando el ribat y peregrinos, todos ellos atraÃdos por el retiro espiritual que exige el Islam a sus seguidores. Las celdas oratorio servirÃan de lugar de oración, asà como de lugar destinado a cubrir las necesidades cotidianas. La excavaciones han sacado a la luz multitud de objetos, unos relacionados con el rito religioso (cuentas de rosario) y otros vinculados a la vida cotidiana (candiles, marmitas, aguamaniles, jarras…).