Esta zona de la ciudad estuvo hasta ahora asociada a los usos industriales del puerto, siendo históricamente considerada el punto de encuentro de Noruega con el resto del mundo. La línea divisoria entre el suelo "aquí" y el agua "ahí" es a la vez real y un umbral simbólico. El desvío del tránsito pesado a través de un túnel que se construirá bajo el fiordo y la futura conexión con la vida y animación de la parte nueva de la ciudad le darán pronto un mayor sentido de urbanidad.