Durante la dominación musulmana ya hay noticias, aunque escasas, del Castillo de Biar, que no empezó a tener relevancia hasta la época de Jaime I, al queda como castillo fronterizo según el Tratado de Almizra. El edificio perdió sus funciones durante la Edad Moderna y, aunque se usó esporádicamente, se utilizó como cementerio y fue cayendo en ruina. Fue declarado Monumento Nacional en 1931 y se encuentra en la llamada Ruta de los Castillos del Vinalopó. Desde finales del siglo XX se ha restaurado en diversas ocasiones, con lo que hoy en día se encuentra en buen estado de conservación.