Con la conquista cristiana, en 1482, nuevas edificaciones sustituyeron a las antiguas mezquitas, sinagogas y palacios árabes. Se construyó la iglesia de la Encarnación, los conventos del Carmen y San Diego, la Casa de la Inquisición (símbolos del nuevo poder), el Cano Wamba y numerosas casas solariegas, dotando a la ciudad de un rico patrimonio monumental perfectamente integrado en un entorno arquitectónico-popular de gran belleza.