En este ámbito se llevó a cabo el proyecto de repoblar las estribaciones deshabitadas de Sierra Morena, amparadas por el Fuero de Población promulgado por Carlos III en julio de 1767, naciendo bajo su tutela las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena, entre las que se cuenta ésta, la Real Población del Sitio de Guarromán, con el loable fin de hacer una sociedad modelo de agricultores en la que pudieran mirarse los pueblos de España, y en especial los de Andalucía, según argumentaba Pablo de Olavide y Jáuregui, a quien el propio rey Carlos III había puesto al frente de esta empresa, la que habría de ser considerada como el proyecto estrella de su reinado.