Un lugar donde hacer un hermoso recorrido a pie, que nos dirige entre paisajes a la ermita de San Bartolomé, uno de los enclaves más importantes- y sorprendente en su entorno- de la orden de los caballeros templarios, a partir de la cual podemos contemplar este cañón en todo su esplendor; acompañados en el camino por el río Lobos, con nenúfares flotantes, aguas que aparecen y desaparecen intrigando al caminante. Sin duda, una belleza sin palabras, que solo descubriremos en su visita.