Para los locales, el lago verde fue siempre El Charco de los Clicos y su curiosa coloración verde se debe a la acumulación de azufre y a un alga conocida como “ruppia marítima” que produce clorofila y diferentes tonos de verde según la época del año. Fue bautizado así por un tipo de molusco bivalvo denominado clico, que era muy abundante en la Antigüedad y que solía encontrarse en este paraje. Hasta que alguien tuvo la fatal idea de soltar dos tortugas en las apresadas aguas de El Golfo y esta almeja comestible de pequeño formado se extinguió.