Es relevante la actividad artesana del caserío; por ello, se ha restaurado el bello edificio tradicional de la tahona (molino de harina), que ha sido reconvertido en museo y punto de venta de productos artesanos. No se debe abandonar la zona sin acudir al cercano poblado de Cuevas de Buracas, con estaciones rupestres de gran interés arqueológico y un mágico bosque de dragos, singular especie vegetal propia de las Islas Canarias.