Se trata de un alojamiento en un edificio histórico con un encanto especial y situado en un lugar privilegiado, con la misma filosofía que, por ejemplo, la red de Paradores de España o Las Pousadas de Portugal. Erigido en 1228, el Castillo de Ashford es el más antiguo de Irlanda y el sitio ideal para satisfacer la fantasía medieval de todo viajero. Después de ser el objeto de fieras batallas y cambiar de propietario en varias ocasiones, en 1852 esta fortaleza pasó a las manos de Sir Benjamin Lee Guinness y, posteriormente, a las de su hijo Lord Ardilaun, que ordenó su remodelación y le añadió el ala oeste de estilo victoriano.