El deshielo no duró mucho, algo se dice sobre el incidente entre un centinela del régimen de Kim Jong-il y una turista muerta, y los millones de dólares surcoreanos que entraban en el viejo bote dejaron de llegar. Veintipico años después de que iniciase su andadura (o mejor dicho, su flotadura), el Haegumgang carecía de la fastuosidad propia de un Four Seasons. En 2013 funcionarios del gobierno advirtieron “severos problemas” de seguridad. Pese a ello, el fantasmagórico edificio siguió alojando a algunos grupos turísticos.