Otro monumento emblemático es la Colegiata de San Miguel, de estilo gótico-renacentista. Por su espectacular factura, a su torre de 63 metros se la conoce como la “Giralda de Campos”. Iniciada en el siglo XIII, sus obras no finalizaron hasta el siglo XVI. Sobresalen en su interior el retablo mayor, el órgano barroco y las capillas de San Ildefonso y Santa Ana. También merece la pena visitar el Museo de Arte Sacro, situado en el Convento de San Francisco, un bello edificio renacentista con decoración mudéjar.