La partida de ajedrez se jugó así con personas, en la plaza del castillo de Marostica, todas perfectamente vestidas para interpretar las distintas piezas del juego: de blanco y negro iban los peones, alineados delante de la reina y el rey, las torres, los caballeros a caballo y los alfiles. Los dos guerreros, Rinaldo y Vieri, dirigiendo la partida. Lionora estaba secretamente enamorada de uno de los dos guerreros y pidió que se iluminara de blanco el castillo si ganaba el que hacía latir su corazón.