Hoy han dicho por la radio que hubo un par de trampas en la ceremonia: cantó una niña muy guapa, y al parecer la voz que se oía no era suya, sino de otra chinita feucha que cantaba entre bambalinas (como en Cantando bajo la lluvia). Y además, parece que parte de los fuegos artificiales estaban generados por ordenador, es decir, eran virtuales.
También he leído que los organizadores cubren los inmensos vacíos en las gradas de los estadios con "voluntarios", y el otro día reconoció una autoridad china que han
forzado lluvias bombardeando las nubes con yoduro de plata, para evitar que descarguen en mitad de las pruebas o ceremonias olímpicas (suena a trola, pero lo han publicado todos los periódicos; era un secreto a voces y parece que se confirma).
Fuera de los muros dorados de la villa olímpica y los principales centros turísticos parece que se imponen medidas de seguridad leoninas, y se impide viajar a ciertas zonas "sensibles".
Vamos, que esto es un ejemplo del mundo que nos espera, y que hasta ahora conocíamos a través del cine de ciencia ficción. Estos tíos, empezando por tonterías como la de los cohetes y la falsa niña cantora, están haciendo buenos los planteamientos más delirantes de Matrix o Blade Runner. China parece un país de ciencia ficción, sí, pero de esa ciencia ficción tenebrosa y apocalíptica que sólo parecía posible en las pesadillas.
Lo que nos queda por ver...