Escuela española de equitación de Viena, Austria
No es la primera vez que hacemos referencia al famoso Palacio Hofburg. Es que este enorme edificio de piedra no sólo fue la residencia de la familia Habsburgo durante varios siglos sino que es un espectacular monumento que da cuenta del poderío de la monarquía de entonces.
Con una multitud de salones y habitaciones, Hofburg sorprende con su esplendor, sus cuidados jardines y sus lujosos y recargados aposentos reales cubiertos de tapices. Más allá de las grandes salas que se exhiben durante el recorrido por el palacio, uno de los lugares que atraen más miradas es la famosa Escuela Española de Equitación.
Esta escuela es uno de los grandes mitos vivientes de la ciudad de Viena pues se trata de uno de los pocos sitios del mundo en donde se enseña el arte de la doma clásica. Con una larga historia sobre sus espaldas –fue creada en 1572- su nombre responde al origen de sus caballos, que fueron llevados a Austria por el emperador Maximiliano II en ese mismo año e instalados en el Stallburg, el ala más antigua de Hofburg. A partir de 1580 los animales recibieron el nombre de lipizanos, en honor a la cuadra pincipesca situada en Lipizza.