El afán por mostrar la opulencia de un nuevo país y los criterios estéticos sustentados por la llamada Generación del 80 no permitieron que quedaran a la vista los tanques abastecedores de agua corriente para la ciudad de Buenos Aires. Esos depósitos eran elementos utilitarios construidos con materiales metálicos y se los consideraba carentes de belleza. Por eso, se los enmascaró con una construcción palaciega,al solo efecto que no se viesen los tanques de agua.
El revestimiento exterior fue provisto por las fábricas Royal Doulton & Co., de Londres, y la Burmantofts Company, de Leeds. Se produjeron 170.000 piezas cerámicas y 130.000 ladrillos esmaltados necesarios para la ornamentación exterior. Todas estas piezas llegaron embaladas en cajones, perfectamente numeradas indicando así su posición relativa lo que permitió un montaje y ajuste como un verdadero mecano.
EN EL INTERIOR ,TANQUES DE AGUA
EN EL EXTERIOR UN PALACIO.