Yibin, Sichuan, China
La ciudad de Yibin, en la provincia de Sichuan, posee muchos rasgos únicos.
Para los chinos de a pie, es sinónimo de Wuliangye, un famoso licor que se produce desde hace más de 600 años. A parte de la de Wuliangye, existen otras 1,000 destilerías en la ciudad, convirtiéndola en la mayor productora de licor de China.
Para los geógrafos, se trata de la primera ciudad encontrada en los tramos altos del río Yangtsé.
Para los arqueólogos, los 200 féretros colgantes del antiguo pueblo Bo diseminados por las cuevas del condado de Gongxian siguen siendo un misterio. No está claro todavía porque o quién coloco los ataúdes suspendidos en precipicios de 26 a 200 metros de alto. Yibin estaba habitado en su mayoría por miembros del pueblo Bo antes de la dinastía Qing (221-206 aC.). Los arqueólogos creen que existen más ataúdes colgantes en Yibin que en cualquier otra parte del mundo.
Para los amantes de la naturaleza y los turistas, la ciudad es conocida por sus bisques de bambú de 120 metros cuadrados, conocido popularmente como el Mar de Bambú.
Aclamado como uno de los bisques más bonitos del país, el mar de Bambú, donde las temperatura media en invierno es de 15 grados centígrados, es una destinación turística ideal para esta época del año, en la cual buena parte del país se encuentra cubierta de nieve y hielo.
En mi reciente viaje al bosque de Bambú pasé por Changning y Jiang'an, dos condados bajo la jurisdicción de Yibin, empezando desde Chengdu, capital de Sichuan en el sudoeste de China.
El bosque está formado por más de 500 colinas cubiertas de bambú, además de lagos, arroyos y cataratas.
Andando a través del pasillo de exuberante vegetación de bambú de hasta 10 metros a la entrada del mar de Bambú fue una experiencia vigorizante y para nada ni en lo más mínimo se sentía frío alguno.
“El Mar de Bambú se ha convertido en una atracción turística popular tras el rodaje de parte de la película ganadora de un Óscar en 2001, Tigre y Dragón”, explica Yang Min, guía local.
Como el invierno es una estación floja para el turismo, pocos turistas se acercan al tranquilo Mar de Bambú. Sólo se oyen cantar a los pájaros, murmurar a los arroyos o el eco de los pasos al caminar entre las arboledas.
Junto a un rebosante arroyo, contemplaba entusiasmado dos árboles de bambú que prosperaban entre las estrechas grietas que quedaban entre dos enromes rocas.
"Los brotes de bambú tienen tanta fuerza que consiguen penetrar rocas y derrocar piedras al crecer," explica Yang.
“Un brote de bambú puede crecer hasta medio metro en un día de primavera en condiciones óptimas”.
Además de la belleza del paisaje natural, el mar de Bambú cuenta con muchos lugares de destacada importancia histórica y cultural. Las más conocidas son la Cueva Morada Celestial y la Residencia de Xijiashan.
Construida en 1259, la cueva situada en el marcado precipicio es conocida por la combinación entre Taoismo y Budismo de su templo.
Allí, los turistas pueden observar a Buda sentado al lado de dos dioses Taoístas que rigen la riqueza y los nacimientos. “Los locales creen que los devotos están aquí doblemente bendecidos” afirma Yang.
Cubriendo un área de más de 10.000 metros cuadrados, Xijiashan fue construida en 1620. En su mayoría hecha de madera, el tipo de construcción de la residencia de 124 habitaciones conservada completamente, y decorada con escenas talladas provenientes de novelas y leyendas clásicas chinas, es poco frecuente en Sichuan.
Lo que la hace única es el conjunto de decenas de millares de garzas.
Cada año, las garzas llegan la mañana del 8 de marzo y se abandonan el lugar la quinta mañana posterior al tradicional Festival chino de Mitad de Otoño. Según las crónicas locales, el fenómeno lleva produciéndose durante varios siglos y nadie conoce las causas.
Al caer la noche, cenamos en un pequeño restaurant situado en el bosque de Bambú. El ágape de bambú, - nuestros paladares se deleitaron con 6 platos distintivos, que incluían las tallos de bambú cortados en trozos, fríos y en salsa, tallos de bambú amargos asados y arroz cocinado con bambú. La comida de los cinco nos costó alrededor de 150 yuanes (20 dólares).
Como nunca habíamos comido tanto bambú en una sentada, bromeábamos con que nos convertiríamos en pandas gigantes.
Una vez saciados, pernoctamos en el Hotel del Mar de Bambú y nos dormimos inmediatamente gracias a la tranquilidad que se respiraba en el lugar.
A la mañana siguiente, casi todos nosotros coincidimos en que habíamos dormido mejor que nunca.
Antes de dejar el Mar de Bambú, visitamos el Museo del Mar de Bambú.
Sus 0,7 hectáreas son una muestra de las 58 especies de bambú del Mar de Bambú i los antiguos utensilios y productos artesanales de bambú. Alrededor de 10,000 árboles de bambú fueron traídos de diferentes partes del condado y criados en el museo.
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Cuánto 
del Wuliangye aportó a esa noche de descanso ? 
