Cuatro tomos de El Quijote del año 1819 y un ejemplar del Estatuto Real para las Cortes del Reino de 1834 son algunos de los documentos que, en buen estado de conservación, contiene la "cápsula del tiempo" hallada bajo la estatua de Miguel de Cervantes, frente al Congreso de los Diputados.
La urna, un cofre de plomo herméticamente sellado, fue abierta ayer en el Museo Arqueológico Regional (MAR) de Alcalá de Henares y su contenido ha sido presentado hoy a los medios de comunicación por el vicepresidente y consejero de Cultura y Deporte de la Comunidad de Madrid, Ignacio González.
Los objetos encontrados en el interior de la urna, algunos de ellos aún sin identificar, se encuentran en un "extraordinario estado de conservación", ha resaltado González, al estar sellada e impregnados los documentos con una especie de insecticida, lo que la convierte en "uno de los hallazgos más importantes de urnas de esta naturaleza".
La misma, colocada en el lugar donde ha sido hallada en 1834, contiene también un Diario de Aviso de Madrid de ese mismo año, que envuelve un libro calendario manual y guías de forasteros, editado en la Imprenta Real y que es una "fuente inestimable para conocer la organización administrativa y política" de la época al ser una "guía de carácter oficial".
Un libro de vida del General Mina, guerrillero español que luchó en la guerra de la Independencia y fue fusilado en 1817 en Méjico; un manuscrito, algo más deteriorado; un libro sobre la vida de Cervantes y ocho paquetes pequeños, que previsiblemente son monedas de la época, son otros objetos que contiene la urna.
Asimismo, en el interior de la misma se han encontrado otros dos libros envueltos y lacrados y un papel enrollado con textura de trapo que envuelve seis láminas de 1831.
Estas láminas representan retratos de Isabel II de niña y de Manuel Martínez Varela, el mecenas que financió la colocación de la estatua de Cervantes, la primera dedicada a un personaje civil que se instaló en Madrid.
Por último, la urna contiene ediciones de la Gaceta de Madrid, precedente del Boletín Oficial del Estado.
Lo lógico es que esa caja volviera a cerrarse con su contenido y fuera de nuevo enterrada a fin de ser descubierta por generaciones más avanzadas y así sucesivamente.
Porque ¿que sería, si las primeras piedras con información que se suelen enterrar en las obras importantes se descubrieran y extrajeran en cada remodelación urbana, tan frecuentes estas como las de Madrid?
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