Hace más de dos siglos las siervas de María de Puerto Rico recibieron lo que hoy consideran su tesoro: la bandera de España. Había pertenecido a un buque mercante, el “Antonio López” de la Compañía Transatlántica Española que fue atacado en varios navíos estadounidenses durante el año del desastre, 1898.
www.google-earth.es/ ...php?t=5466
Cuando los cañonazos del USN Yossemite anunciaron la muerte definitiva del mercante español, muy cerca de San Juan de Puerto Rico, un marinero moribundo nadó hasta tierra para llevar a buen recaudo la enseña nacional.
Un hombre de origen gallego recibió al marinero en la orilla y le juró entregar la bandera a quien mejor pudiera custodiarla. Escogió a ocho mujeres, todas de origen español, que habían dejado su tierra para atender a pobres enfermos y desvalidos. Eran religiosas y pertenecía la compañía de las Siervas de María. Cada vez que veían un barco español acudían emocionadas a recibirlo y, desde su convento, ondeaban sus pañuelos blancos para darle la bienvenida y, después, para despedirlo.
Aún hoy día, cada vez que un barco español pasa frente al hospital, navegando lentamente por la canal de boyas, su capitán cumple el viejo ritual de dar tres toques de sirena y hacer ondear la bandera en respuesta al saludo de las monjas, que desde la galería agitan la suya.
Notas de Perez Reverte. En el kmz, relato del buque Castilla.