Frente al Convento de Santo Domingo, formando parte del entorno de la histórica plaza de Tetuán valenciana, se halla el palacio de los condes de Cervelló, edificio de singular importancia en la historia contemporánea de la ciudad ya que, cuando fue derribado el Palacio del Real en 1810, pasó a convertirse en la residencia oficial de los monarcas en sus visitas la ciudad. En 1814, por ejemplo, fue recibido en él Fernando VII, engalanándose al efecto con arcos de triunfo, alegorías y retratos del rey; en el palacio firmó el decreto que disolvía las Cortes y derogaba la Constitución de 1812, y años más tarde, en 1840, su esposa María Cristina abdicó aquí de la regencia.
El edificio fue construido en el siglo XVIII por los condes de Cervelló, señores de Oropesa, aunque sólo la fachada se conserva con su aspecto original, de estilo neoclásico, flanqueada por dos torres y con dos pisos de balcones. Tras su reciente rehabilitación, el palacio acoge además del museo, el Archivo Municipal de Valencia y la Biblioteca Municipal Serrano Morales.