Moyito, San Borondon es casi como la isla Bermeja en Méjico, que muchos la vieron, que está cartografiada, pero hoy nadie la encuentra.
Pero existen en nuestra imaginación; por eso hablamos de ellas; por eso tienen un nombre.
Y como toda forma fue en principio idea imaginada, no me cabe duda que al final aparecerán. Su forma posiblemente diferirá de lo que pensamos; pueden ser un accidente geográfico o meteorológico, permanente o temporal, pero de alguna manera, al final, en algo tomarán realidad.
Pero en el misterio de su existencia está el placer de su búsqueda, y quizá por eso la fantasía puede ser a veces mejor que lo tangible. Por esta razón casi es preferible que se tarde mucho tiempo en que tomen forma razonada y evidente.
Tomémoslo pues con el humor que la cosa merece.
Un afectuoso saludo.