El Palacete de Nolla en Meliana es una joya arquitectónica que está lastimosamente al borde de un profundo deterioro.
Fue construido a finales del XIX, sobre la antigua alquerÃa de los Frailes del siglo XVII, por Miquel Nolla Bruixet, quien también fundó a su alrededor una fábrica de mosaicos, que llegó a tener más de 400 empleados, y que abasteció durante décadas a las grandes casas y palacios de Europa: Mosaicos Nolla.
El palacete ejerció de hospedaje para los clientes más destacados de su tiempo, como el rey Amadeo I de Saboya, miembros de la familia Hohenzollern alemanes, de los Romanov rusos, general Prim, Alfonso XII etc. Por lo que fue ornamentado con las composiciones de mayor calidad y más avanzadas de la época que salÃan de la empresa, a modo de catálogo vivo.
En los años 20 del siglo pasado, la familia Nolla vende el complejo a la Sociedad Española Gardy, que centró su actividad industrial en la fabricación de aparamenta eléctrica. El palacete siguió utilizándose, pero solo como residencia, por la familia Yvonne Volozanne, la cual darÃa el otro nombre por el cual es conocido:“Villa Yvonneâ€. Fue en 1968 cuando el edificio se deshabitó y comenzó el deterioro.
La Empresa, en la década de 1950 pasó a manos de Merlin Guerin y actualmente pertenece a la también francesa Schneider Electric, la cual cedió la propiedad del palacete al Ayuntamiento de Meliana que está en fase de estudio para su rehabilitación.
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