Cuenta la leyenda que en los acantilados de Cucao, además de los sonidos producidos por el mar, se escuchan los lamentos y súplicas de las ánimas en pena que esperan en el Muelle de las Almas al balsero Tempilcahue para que las lleve al descanso eterno.
Cuenta además la leyenda, que si una persona llega a escuchar a las Ánimas de Cucao, no debe tratar de comunicarse con ellas y nunca llamarlas con el nombre de «Ánimas de Cucao» ya que si lo hace, transcurrido un año la muerte lo buscará para ser un nuevo espíritu en busca de su balsero.<br>
Este bello lugar sobre el acantilado pertenece a la comuna de Chonchi y es el único poblado en la costa oeste de la Isla Grande de Chiloé. Su población es de alrededor de 450 habitantes y guarda con tradición sus leyendas e historias que hoy atraen a senderistas de todo el mundo en busca de un lugar mágico.