El castillo de Wewelsburg, alberga una exposición permanente dedicada a "La ideología y el terror de las SS". Las leyendas cuentan que Heinrich Himmler soñaba con que ese imponente castillo triangular del siglo XVII fuera su propio Camelot, el lugar donde el jefe supremo de la guardia de élite de Hitler se reuniría con sus doce generales, todo bajo una cúpula circular y en torno de una llama eterna.
Fue un lugar de resonancias artúricas y wagnerianas, con una mesa de roble redonda que acogía reuniones de Himmler y sus acólitos, y una cripta de doce columnatas para acoger cenizas de SS caídos e incinerados. Para realizar tales labores de reconstrucción del castillo se movilizó a presos cuyo trabajo dejó más de 1200 muertos.
El museo expone unos mil objetos de los integrantes de aquél cuerpo, que comprenden piezas previsibles como sus cascos y anillos con la emblemática calavera, pero también luces de Navidad para festejar el solsticio de invierno. Se incluyen imágenes de los campos de concentración que establecen una conexión entre víctimas y verdugos.