A comienzos del s. XX, los habitantes de la huerta murciana comienzan a acudir a esta localidad en el mes de agosto para tomar los famosos novenarios (serie de nueve baños). A orillas de sus aguas se encuentra un mudo testigo de la "explosión" de este municipio, el Hotel-Balneario La Encarnación, construido en 1904 y que guarda la idiosincrasia de principios del siglo pasado. La visita continúa con el Museo Aeronáutico, en el que se expone toda la documentación, fotografías y material de la historia de la base de los Alcázares desde sus orígenes como aeródromo en el año 1915 hasta la actualidad.