Los esconjuraderos (del aragonés esconchurar: conjurar) son un elemento arquitectónico característico de la cultura y tradiciones pirenaicas, con fuerte presencia en el pirineo aragonés. Son pequeñas construcciones o templetes que desde el siglo XVI al XVIII se construyeron específicamente para albergar rituales destinados a esconjurar o conjurar tormentas o tronadas, las plagas y otros peligros que amenazaban a las cosechas.
Los rituales destinados a esconjurar tormentas y plagas se enmarcan dentro de las creencias y prácticas de una sociedad que creía firmemente en que los rituales mágicos-religiosos eran la única arma con la que contaban para poder controlar el efecto devastador de la naturaleza sobre su vida. Una sociedad rural con grandes dificultades para el cultivo (escasez de agua o escasez de tierra; orografía abrupta, dificultades técnicas, …) era sumamente sensible a los fenómenos naturales cíclicos como las sequías, las pedregadas estivales o las tormentas.
Hoy se conserva una de esas fórmulas sagradas de San Vicente: "Boiretas en San Vizien y Labuerda: No apedregaráz cuando lleguéz t´aguaras: !zi! !zas!".
es.wikipedia.org/wiki/Esconjuradero
marian-detodounpoco.blogspot.com.es/ ...deros.html