Villa natal de Napoleón Bonaporte, es una de las ciudades más bellas de Córcega, un lugar único porque se sitúa en un golfo mirando al mar, con un fondo de montañas nevadas hasta primavera. A esto se añaden los colores vivos, la luz intensa descubierta por Henri Matisse, entre otros artistas y escritores, unos 300 días de sol al año, la riqueza de su patrimonio y largas playas de aguas cristalinas donde pueden bañarse hasta bien entrado el otoño.