Las ruinas de la Catedral de St. Andrews se alzan junto a un acantilado en el corazón de la ciudad homónima, atestiguando la grandeza de la que fue la primera y más grande catedral de Escocia.
Las piedras del edificio gótico vieron la coronación de Robert the Bruce, como rey de una Escocia unificada, así como muchos de los eventos que marcaron la historia de este país.
Se necesitaron 158 años para verla terminada por primera vez, siendo consagrada en 1318. Un incendio en 1378 obligó a su reconstrucción.
Fue víctima de los turbulentos momentos vividos en Escocia durante el siglo XVI. Con motivo de la Reforma Protestante y la dura reacción del presbítero John Knox, fue semiderruida. Poco a poco sus piedras se fueron utilizando para distintas obras civiles en la propia localidad, haciendo imposible su recuperación.
La torre cuadrada de la antigua iglesia de Sant Rule se conserva en relativo buen estado y es visitable, con unas vistas espectaculares del acantilado y la ciudad.
En la propia catedral y campos anexos hay numerosas tumbas, con algunos hombres famosos que quisieron quedar sepultados entre estos... Leer más ...