Fue junto con Lieja la primera ciudad industrial belga, trabajándose no sólo el carbón, sino el hierro, el cristal y la metalurgia. Los mineros fueron agrupándose en torno a la ciudad, ya sin murallas, destruidas en 1867. Hoy Charleroi es la cuarta ciudad de Bélgica, con 200.000 habitantes, por detrás de Bruselas, Amberes y Gante.
Desde el siglo XIX se conoce a Charleroi como la ciudad negra, debido a la gran profusión de minas de carbón que empezaron a construirse en sus límites. Todo ello refrendado por la enorme revolución industrial que, heredada de Gran Bretaña, cruzó el Canal de la Mancha para instalarse en Bélgica.