El presidente es elegido por los ciudadanos mediante sufragio universal directo por un período de 5 años, no pudiendo ser reelegido para un tercer mandato consecutivo. Las candidaturas son propuestas por ciudadanos electores (requiriéndose un mínimo de 7.500 y un máximo de 15.000) y el candidato debe obtener necesariamente más de la mitad de los votos válidos emitidos. Para ello, si es necesario, se realiza una segunda vuelta con los dos candidatos que han obtenido más apoyos en la primera votación.
La presidencia de la República Portuguesa es, al igual que el Parlamento, el Gobierno y los Tribunales de Justicia, un órgano de la soberanía portuguesa.
Sus funciones constitucionales son, básicamente, ejercer la representación de la República Portuguesa, ser el garante de la independencia nacional y de la unidad del Estado y garantizar el funcionamiento regular de las instituciones, siendo además inherentemente, el comandante supremo de las Fuerzas Armadas Portuguesas.