Cuando el monje Kumarajiva llegó a la ciudad de Dunhuang (entonces conocida como Shazhou), pasó varios días en ella visitando el templo Puguang, en el que se dedicó a enseñar y extender las enseñanzas de Buda. Apenas unos días antes de terminar su labor y continuar el viaje, su caballo Tianliu cayó víctima de la enfermedad y terminó por fallecer.
Fue construida como recordatorio a Tianliu, el fiel caballo blanco que acompañó al monje budista Kumarajiva en sus innumerables viajes a través de montañas, valles y ríos, tratando de expandir las enseñanzas de Buda durante el siglo IV. La Pagoda del Caballo Blanco es un monumento que se encuentra en la ciudad de Dunhuang, y es bastante curioso tanto en su forma y diseño como en su función.
Si vas allí en un día en el que el viento esté muy fuerte, podrás escuchar casi como si la arena estuviera gritando, pero en días de poco viento simplemente puedes escuchar unos silbidos muy suaves casi musicales. Esto mismo sucede cuando te vas deslizando por la montaña, al principio esta arena simplemente silba, pero a medida que vas tomando más velocidad, el sonido se va convirtiendo en uno más abrumador que se es más fuerte entre más rápido vayas.
Algunos de los turistas que se deslizan por la montaña afirman que el sonido es como un canto, mientras que otros dicen que es como un eco, lo que le brinda el nombre que tiene. En este lugar encuentras todo un punto turístico y allí tienes la posibilidad de subir a pie o si lo prefieres en camello; así como si lo quieres tener un tratamiento digno de un spa con un baño de arena.
La montaña del eco de la arena o Mingsha Shan está situado en un oasis que se encuentra en las afueras de la ciudad de Dunhuang, en el noroccidente de China, y es uno de los destinos más populares de la región por su encanto natural que radica en que un fenómeno que es llamado la “arena cantante” que es un silbido que se produce ya sea cuando el viento pasa por allí o simplemente cuando caminas sobre ellas.
Uno de los planes favoritos de las personas que van allí, y que te recomiendo intentar, es acostarte en una de las partes altas de las dunas de arena del lugar y deslizarte, escuchando a medida que bajas los hermosos cantos de la arena del lugar.
Aunque también simplemente estando de pie allí y moviéndote un poco por ella, puedes escuchar los sonidos de esta arena cantante.
Esta montaña la puedes encontrar a unos cinco kilómetros de la ciudad de Dunhuang y los habitantes de la ciudad te dirán que mires las dunas desde ella, porque para ellos es un dragón de color dorado que está viajando hacia el horizonte. A medida que vas llegando a este lugar te puedes dar cuenta de los diferentes tonos que tiene la arena... Leer más ...
Una de las aventuras para el visitante en la Provincia de Gansu, es recorrer parte del Parque Nacional Geológico de Yadan que se encuentra en una cuenca seca de un río que se extiende a 25 kilometros de largo y con 2 km de ancho, a 185 kilometros lejos de la ciudad de Dunhuang.
Se compone de un grupo de colinas erosionadas por el viento formando grotescas figuras que es poco frecuente y rara vez ver algo parecido en otras partes del mundo. Se tarda aproximadamente una hora para ir al Paso de Yumenguan del desierto de Gobi, de alli hay que continuar viajando hacia el oeste a 85 km a lo largo del camino de seda antiguo cauce del río de Sule.
Según los estudios, hace miles de años en ésta región existían pantanos y marismas donde habitaban aves acuáticas como patos silvestres y gansos. Poco a poco, marismas frente a ti se secaron y desaparecieron los pantanos formandose el desierto de Gobi hace 12 mil años. Hoy este parque es la fisonomía de un paisaje formado por la erosión eólica.
Pero, cuando el emperador Wu llegó al poder, inmediatamente se dio de esta política cobarde y a fin de fortalecer la estabilidad de la frontera occidental, ordenó la construcción del paso de Yumenguan.
Con el paso del tiempo, Yumenguan se convirtió en una estación de correos de los empresarios, los generales militares y embajadores siendo testigo de la prosperidad de las transacciones comerciales a lo largo de la Ruta de la Seda.
Actualmente, quedan solo ruinas de esta asombrosa muralla que cubría un área de más de 232 kilómetros cuadrados, midiendo 27 metros de largo, 29 metros de ancho y 32 pies de altura. El paso fue construido de tierra apisonada amarillo y tiene dos puertas -: del oeste y la puerta norte.
Yumenguan, que significa la Puerta de Jade o el paso de la Puerta de Jade, es el nombre de un paso situado al oeste de Dunhuang, en Gansu, hoy provincia de China.
En la antigüedad, era un paso obligado para la Ruta de la Seda y fue la conexión terrestre que conectaba a Asia Central y China. Esta región era también llamada la Plaza de la Ciudad Pequeña, en donde la Gran Muralla Yumenguan Pass era la vía de paso muy importantes en la frontera occidental de la dinastía Han (206 aC – 220).
Exactamente se encuentra a 56 millas al noroeste de la ciudad de Dunhuang, provincia de Gansu, en el extremo occidental de Hex
Las crónicas relatan que esta zona de conflicos con los Hunos por lo que los gobernantes chinos intentaron casarse con las hijas de las familias imperiales de los hunos “líderes, con la esperanza de lograr la paz temporal.
La minoría étnica Yugur puede remontar sus orígenes a la antigua Ouigurs nómadas en el valle del río Erhun durante la dinastía Tang (618-907). En la mitad del siglo noveno, la antigua Ouigurs, acosado por las tormentas de nieve, las luchas dentro del grupo gobernante y los ataques de los turcos Kirgiz, tuvo que moverse hacia el oeste en grupos separados. Uno de los grupos emigraron a Guazhou (actual Dunhuang), Ganzhou (actual Zhangye) y Liangzhou (actual Wuwei) en el Corredor Hexi - la zona más fértil en el centro-oeste de la provincia de Gansu - y fue objeto de el Estado de Tubo, un reino tibetano. Se les llamaba así la Ouigurs Hexi. Más tarde, capturaron la ciudad de Ganzhou y establecer un kanato - así se les llamaba también Ouigurs Ganzhou.
La crisis financiera global ha afectado la cantidad de turistas en Dunhuang, una ciudad de la Ruta de la Seda y hogar de las históricas grutas budistas, Mogao, dijo hoy el jefe del departamento turístico municipal, Gong Ying.
Gong señaló que es probable que las llegadas de turistas nacionales disminuya 30 por ciento este año y las de los extranjeros, 40 por ciento.
Dunhuang, en la provincia de Gansu, noroeste de China, recibió el año pasado 1,4 millones de turistas, incluyendo a 100.000 de ultramar.
Gong agregó que los desastres naturales mayores, como la prolongada nieve de inicios del año y el devastador sismo de mayo, también afectaron al turismo.
"No somos optimistas acerca del mercado para el próximo año", pues la crisis financiera emporará", declaró.
Las Grutas Mogao, un sitio en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la ONU conocidas como la Cueva de los Mil Budas, recibió menos de 100 turistas al día, comparado con un promedio de 1.500 diarios el año pasado, señaló el funcionario.
Gong dijo que el departamento se enfocará en el mercado de Taiwan para el próximo año, para aprovechar los... Leer más ...
Taklamakán es un desierto de Asia Central, en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang en la República Popular China. El nombre Taklamakan traducido literalmente quiere decir, "si entras, no saldrás" Ocupa un área de 270.000 km². Por su borde septentrional y meridional lo atraviesan dos ramales de la Ruta de la seda. Los principales oasis son Kashgar, Yarkand y Khotan (Hetian) en el Sudoeste, Kuqa y Turfán en el Norte y Loulan y Dunhuang en el Este.
...correspondiente a la dinastía Wei del Oeste (535-556), destaca la cueva 249, donde el viajero podrá deleitarse con bellísimas representaciones de paisajes.
Asimismo, la gruta 428 data de la etapa de los Zhou del Norte (557-581), mientras que otras tantas (como la 150, 244, la 410 y la 420) pertenecen a la dinastía Sui (581-618), artífice de la reunificación de China tras 350 años de desunión.
Al margen de las indefectibles cuevas de Mogao (declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987), cualquier visita a esta ciudad, debe incluir una visita al Museo de Dunhuang. El centro —abierto diariamente y situado en la calle de Yangguan Dong— muestra algunos objetos hallados en las grutas y en las antiguas fortalezas de Yangguan y Yumen.
A su vez, también resulta aconsejable acercarse hasta el lago de la Media Luna, ubicado a tan sólo 6 km en dirección sur. Se trata de un estanque circundado de dunas, por las que se puede transitar a lomos de un camello. El precio del paseo debe negociarse a priori con los lugareños que ofrecen esta facilidad.
Cuevas de Mogao1, China
Nuevos descubrimientos en las Grutas Mogao de Dunhuang (11 de junio del 2000) PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Según la leyenda local, en el año 366 a dC, un monje budista local, Lo-tsun, tuvo una visión de miles de Budas y convenció a un acomodado peregrino de la Ruta de la Seda para que fundara el primero de los templos.
Desde el siglo IV hasta el siglo XIV, los monjes budistas de Dunhuang coleccionaron escrituras traídas del oeste. Muchos peregrinos pasaron por la zona, pintando murales en el interior de las cuevas. Estos murales cubren una superficie de 42.000 m². Contienen más de 2.500 esculturas pintadas. En el siglo XIV las cuevas fueron abandonadas.
La pequeña y fascinante ciudad de Dunhuang, sita en un oasis de la prefectura de Jiuquan (provincia de Gansu), es mucho más que un verdadero museo al aire libre. Sin ir más lejos, el nombre de esta localidad (que en chino mandarín significa ’señal deslumbrante’) constituye un fiel adelanto del torrente de historia que impregna sus calles e inmediaciones, convertidas en el pasado en uno de los puntos neurálgicos de la celebérrima Ruta de la Seda.
Esta centralidad respondía a dos causas principales: por un lado, su estratégico emplazamiento —en el que confluían dos de los ramales de la citada ruta—, y por otro, el poder de atracción que ejercían sobre los fieles budistas las pinturas murales de las cuevas de Mogao, emplazadas a tan sólo 25 km del centro urbano.
Transformada en una prefectura en el año 117 a.C. por el emperador Han Wudi, habría que esperar algunos años más —concretamente hasta el siglo IV, coincidiendo con la dinastía de los Wei del Norte (386-533)— para asistir al nacimiento de las cuevas más antiguas.