En un lugar perdido de Níger, a cientos de kilómetros del primer sitio con vegetación, existía una acacia solitaria superviviente de tiempos mejores, cuando el desierto era menos desierto.
Aquella acacia era superviviente de un tiempo lejano en el cual las caravanas de tuaregs la usaban como punto de referencia y reunión para atravesar el desierto del Teneré, desde Nigeria-Chad a Libia.
Por desgracia, un día de 1973, un camión conducido por un libio borracho, que se dirigía a Bilma, se estrelló contra el árbol y lo dañó gravemente. Tan famoso era aquel monumento que los restos fueron llevados al Museo Nacional de Niamey y en su lugar las autoridades de Niger construyeron una especie de árbol esquemático metálico en el lugar donde estuvo el auténtico.
Quienes hayan visto la película “La Gran Final” de Gerardo Olivares, recordarán cómo los tuarueg corren con un camión sobrecargado de gente y mercancías, para llegar al árbol metálico y colgar la antena con el fin ver la final del mundial de fútbol entre Alemania y Brasil. Me imagino que el camión sobrecargado era parecido a... Leer más ...