Amigo Master, incidiendo sobre este asunto, es curioso ver el distinto destino de los barcos que alcanzan su jubilación. Esta como se ve no es igual para todos: unos se oxidan y deshacen al sol, otros albergan una exuberante flora en sus viejos y semihundidos cascos, y los hay también que sirven de coloreada maceta, de elemento decorativo de un ajardinado, o de museo en tierra.
Amigos Granmaestre y Master, lo ideal es que estos barcos fueron abandonados en un medio natural idóneo para que la vegetación proliferara sobre ellos. Los que son hundidos en las aguas forman admirables arrecifes.
Pero el contraste está en esos barcos abandonados en semidesiertos, oxidándose y deteriorándose bajo el sol y los elementos, y llenando el entorno de chatarra y contaminación.
Los barcos son un refugio formidable para la vida marina, sobre todo cuando estan hundidos. Pero estos semihundidos han servido tambien de refugio, pero d eotro modo.
El S / S Ayrfield, vapor carbonero de 1.140 toneladas y 79.1m de longitud con casco de acero, y una sola hélice, construido en el Reino Unido en 1911 había llevado muchos tipos diferentes de cargas durante 61 años, incluyendo las tropas estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial. Llegó a Homebush en 1972 y estaba listo para ser reciclado pero nunca lo fue.
Las operaciones en el astillero de desguace cesaron y varios barcos grandes como el Ayrfield se quedaron esparcidos en una verde área contaminada por los restos industriales.
Hoy en día el S / S Aryfield, a la edad de 102 años, y algunos otros buques, llevan una carga más natural: vegetación.
Desde 2008 al 2010 se realizó un esfuerzo concertado para eliminar muchas de las sustancias químicas persistentes en Homebush que quedaban de la era industrial, pero la selva creció dentro del SS Ayrfield y otros buques diseminados por la bahía.
Hoy en día el lugar se ha convertido en un sitio muy popular para los turistas que toman fotos de estos barcos históricos con su insólita... Leer más ...