Este edificio moderno empezó a construirse en 1989 y hoy cuenta con una superficie de más de 180 metros cuadrados. La construcción es el resultado de la imaginación del albañil y marmolista Francisco González Gragera que, atendiendo al deseo de su hija pequeña, quiso tener una casa de campo que fuera completamente distinta a las demás y con apariencia de castillo o palacio de princesa de cuento.
La ciudad de Priego, una de las más señoriales y hermosas de la comunidad, es un conjunto de calles y rincones recoletos, de casas señoriales y monumentos arquitectónicos y escultóricos dentro de una estructura urbana de trazado irregular, de difícil síntesis. Dos aspectos destacan en todo el conjunto: el agua, por su abundancia, y el barroco, pues es el estilo arquitectónico predominante. La Fuente del Rey, la de la Salud, La Iglesia de las Angustias, el convento de San Francisco, La Iglesia de San Pedro, el convento de San Juan de Dios, la Ermita de la Aurora, los restos del Castillo..., son muestras de ello.
Sobre el conjunto se levanta el Castillo de la Yedra, que domina la urdimbre urbana de calles estrechas con sus viviendas tradicionales, casas señoriales y monumentos, entre los que destacan el Castillo de las Cinco Esquinas, el Ayuntamiento, la Plaza de Santa María, la Iglesia de S. Francisco, la de S. José y la Casa de las Siete Fuentes.
Francisco de Javier nació en el seno de una familia noble y era el sexto hijo de Juan de Jasso, hombre importante del reino de Navarra, y María de Azpilcueta. A los 19 años se trasladó a París para estudiar en la Universidad de la Sorbona, donde conoció a San Ignacio de Loyola con quien cofundó la Compañía de Jesús.
Los orígenes del castillo se remontan a finales del siglo X, en el que se levantó una torre de señales, la torre del Homenaje. Su estratégica ubicación de frontera entre los reinos de Navarra y Aragón, acrecentó su sentido de fortaleza y en torno a la torre se fueron edificando los distintos cuerpos del castillo.
En el siglo XIV, época en la que se construyó la muralla, pasó a manos del arzobispado de Tarragona, que conservó hasta el siglo XIX, aunque en el siglo XVII tuvo que compartir el señorío con la familia Montserrat, cuando en 1681 Carlos II concede a Francisco de Montserrat el título de primer marqués de Tamarit.
Una vez hemos descansado, podemos seguir nuestro paseo por la calle Quintana , donde encontraremos un agradable parque al lado de la iglesia de Nuestra Señora de la Peña de Francia, el Hotel Marquesa, una de las primeras casas destinadas a uso turístico , el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias, la Iglesia de San Francisco y la Ermita de San Juan.
Y así llegamos a la fascinante Plaza del Charco, de la cual se dice haber sido siempre centro de reunión. Su nombre se debe a que antiguamente llegaba la marea hasta aquí, por la cercanía de la plaza con el puerto. En el centro hay una gran pila con su ñamera (planta tropical), y todo está rodeado por laureles de indias y palmeras, que hacen de la plaza un agradable lugar para descansar. Su paseo está lleno de tiendas y restaurantes que por las noches proporcionan románticas veladas con música de boleros.
A tan sólo un paso tenemos el puerto, dominado por la imagen de la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, en la Iglesia de Ntra. Sra. de la Peña de Francia. Fue esculpida en 1.954 y es la más venerada de las Islas Canarias, ya que más de 30.000 personas de todos los puntos del archipiélago, acuden cada año a su... Leer más ...
Toda su importancia histórica ha hecho de Trujillo un importante centro turístico en toda Extremadura. La localidad es famosa por sus monumentos, entre los cuales destacan el castillo (antiguo alcázar árabe), la iglesia de Santa María (siglo XIII) y la iglesia de San Francisco. Además, Trujillo tiene una fiesta de interés turístico, el Chíviri.