La explotación se erigió en el siglo XVIII sobre la antigua ferrería del monte Aezkoa; la riqueza maderera, la presencia de minas de hierro y cursos de agua propiciaron su instalación en este enclave.
En el valle de Aezkoa, a 5 kilómetros de la frontera con Francia, en plenos Pirineos, se alzan las ruinas de la Real Fábrica de Armas y Municiones de Orbaizeta.