Situado en La Rambla de Barcelona, ha sido escenario, desde 1847, de las más prestigiosas obras, interpretadas por los mejores cantantes del mundo. Durante casi dos siglos, ha sido símbolo y lugar de encuentro del poder, la nobleza y burguesía catalanas, en los pisos inferiores.
El Gran Teatro del Liceo de Barcelona para mantener su programación por los problemas económicos y los recortes que afectan por igual a todos los centros musicales españoles, aunque es un monumento nacional.