Como Garraitz no pudo ser, estuvimos de paseo por el casco antiguo, disfrutando de la Basílica de la Asunción de Santa María y, sobre todo, alucinando viendo el interior del Faro de Santa Catalina. Lleva en activo desde 1862 y actualmente es el único faro visitable de los 15 que hay en Euskadi.
Solo he visitado Lekeitio una vez, pero tengo unas ganas inmensas de volver de nuevo: me quedé con pena de no haber visitado la isla de Garraitz, situada en la bahía que se forma frente a la playa de Isuntza. Se puede acceder a ella en marea baja pero no coincidieron los horarios. ¡Prometo tenerlo estudiado para la siguiente vez que vaya.